lunes, 10 de diciembre de 2007

Ratatouille

Ratatouille es como esos restaurantes de la nouvelle coussine, es todo muy bonito, pero carece de sustancia y al final sales de la puerta con hambre.


¿De que va Ratatouille?

La última aventura de Pixar, primera con Disney como dueño, trata la historia de una rata llamada Remy con el sentido del olfato tan agudo que le impide tener una vida plena como roedor. Su condición de ladrona y usuario de basura no satisface su refinado paladar y a ratos libres se dedica a cocinar y aprender cocina del más grande: Gusteau, un cocinero parisino de cinco estrellas.

Debido a un problema con la cocina de la granja donde viven Remy y toda su familia, se ven obligados a huir y separarse. La rata protagonista termina ayudando en la cocina del restaurante del difunto Gusteau a un joven que apenas sabe hacerse una tortilla.


¿Dónde está mi guión?

La fantástica productora Pixar revolucionó, en su momento, el maltrecho mundo de las películas infantiles de animación y dio aire fresco a una casi rota factoría Disney que apenas podía pagar sus producciones con las gemelas Olsen.

Todo esto ocurría, no sólo por hacer unas películas de animación por ordenador con una técnica abrumadora, si no también por unos guiones que tanto servían para divertir a los niños como para hacer reír a los que ya no lo somos tanto. Un guión con diferentes sustratos, capaz de esconder chistes con connotaciones sexuales o personajes con una gran carga dramática convertidos en monstruos del humor, sin que el niño sufriera el más leve trastorno. Además las historias eran muy interesantes, tremendamente frescas y sobretodo originales.

Con Ratatouille nos encontramos, de nuevo, con el síndrome Disney, y ¿cual es ese síndrome? La patología denominada: “la gente no me entiende pero yo soy bueno.” Al más puro estilo El Jorobado de NotreDame, sólo que en este caso, cambian la joroba por una rata peluda que sabe cocinar. No hay frescura, no hay personajes secundarios geniales, apenas hay humor y en muchos casos la película se pierde en si misma… ensimismada en la búsqueda de la toma perfecta y de la narrativa al servicio de la imagen generada por ordenador, cuando debería ser totalmente al revés.


Ante todo, Preciosismo

La película está muy bien hecha. Eso era obvio y de hecho, en cierta manera, carece de sentido que la película lo remarque y se pierda en su propio preciosismo. Sobresalientes son todas las escenas con comida de por medio, parece que en cualquier momento puedas hincarle el diente a la pantalla, llega olor a comida recién hecha… así que no le recomiendo a nadie que la vea mucho antes de comer.

Una de las ideas más geniales de la película que, desgraciadamente, no evoluciona durante el metraje es comparar el sabor de las comidas con luces y ritmos: comiendo una cosa tienes estas luces y estos ritmos, si comes otra tienes estas otras luces y estos otros ritmos, pero combinadas tienes una fiesta de color y música. Una idea brillante, muy bien llevada en la película, que recuerda ligeramente el principio de una obra de arte de la propia Disney: Fantasía.


Yo quiero mis personajes secundarios

Suele decirse que es mucho más interesante el villano de la película que el propio protagonista, ya que éste último suele estar encorsetado bajo un montón de estereotipos de lo más manidos. Para mí, todavía son mejores los personajes secundarios, ya que en ellos no hay ninguna carga sobre el argumento y pueden hacer cuanto se les antoje. No tanto los personajes secundarios de Disney, que suelen ser una conciencia corpórea del protagonista (como es el caso del ya adjetivado Pepito Grillo de Pinocho), si no los ya conocidos por todos de la cultura de Pixar: Mr. Potato, Doris o la genial Edna Moda son casos reconocibles por cualquiera del carisma que puede llegar a tener un personaje secundario.

En esta película brillan por su ausencia. Lo más parecido al carisma que hay en Ratatouille es el villano, el xeff del restaurante que le quiere hacer la vida imposible al joven Lingüini, el protagonista humano. En una escena, la chica de la película (y es que de esto por lo visto no puede faltar… otra influencia Disney) comenta cada uno de los personajes de la cocina, y todos son muy interesantes, pero ninguno de ellos va más allá. Mientras los enumera recordé otra obra de los creadores del ratón Mickey, la menor pero genial Atlantis cuyos personajes secundarios son buenísimos en todos los aspectos. En el caso que nos ocupa quedan como una mera lista de expectativas.


Un desliz lo tiene cualquiera

Bichos, otra de Pixar, tampoco era muy buena y fue un bajón importante dentro de la carrera meteórica de la factoría de Lasseter, pero luego vinieron exitazos como Buscando a Nemo o la fabulosa Los Increíbles, así que espero que esto no sea más que un pequeño socabón, sobretodo teniendo en cuenta que la nueva apuesta, E-Wall, tiene muy buena pinta.

Ratatouille es una película menor, floja para ser de Pixar, pero buena comparada con mucha de la bazofia que ha llegado amparada por la excusa de ser una película de animación por ordenador para niños.



Ficha de Rataouille en Imdb

SithWolf

6 comentarios:

Gaby dijo...

Si, a mi tampoco me gustó la pelicula... Y que me dices de los juguetes que sacaron a raiz de ella... El de la rata simplemente da miedo.

Esty dijo...

no se llama E Wall...se llama Wall-E

Anónimo dijo...

te sentaste en el scanner? y que tiene que ver con la película?

Que asco, no vuelvo más a este obsceno blog

SithWolf dijo...

Gaby: Los juguetes, bueno... difícilmente se puede hacer un muñequto adorable de una rata peluda.

Esty: gracias por el apunte, supongo que en lo demás estarás de acuerdo, ya que no dices nada al respecto.

Ffuentes: queee?

SithWolf

Brie dijo...

Aquí vuele a troll (pues yo no he sido!) :D

Anónimo dijo...

...please where can I buy a unicorn?